Fiambres y embutidos: ¿Aptos para una dieta saludable?

La velocidad del mundo de hoy nos supera por su ritmo desenfrenado. En casi todos los ámbitos de la sociedad y la vida cotidiana se nos anima vivir nuestro día a día lo más rápido posible, aunque eso signifique una pérdida lógica de calidad y salud.

Hablar de carne y embutidos actualmente en el país provoca un desprendimiento de reacciones, muchas de ellas son el resultado de organismos como la Organización Mundial de la Salud que relaciona el consumo de estos productos con afecciones a la salud y la información obtenida de internet, que no muchas veces provienen de fuentes confiables.

Alimentarse significa comer con atención, en especial valorando la calidad y con ello teniendo en cuenta la procedencia de la materia prima, el modo de prepararla y cocinarla, entendiendo que todo esto se conoce como la trazabilidad de los alimentos.

En el Ecuador tenemos 2 antecedes que entran en discusión; la producción y comercialización de embutidos industriales y del mismo modo los embutidos artesanales.

La producción de embutidos industriales es de orígenes y tradiciones obviamente foráneas que se han ido expandiendo con el pasar del tiempo llegando a convertirse en una cubierta de consumo, por lo tanto, las fábricas se “comprometen” a estar en un continuo crecimiento tanto en espacios físico como técnicos, “buscando asegurar calidad” y reduciendo costos de cada suministro.

Algunas industrias que se dedican a la elaboración de embutidos industriales llegan a tener ciertas desventajas debido a la utilización de aditivos, conservantes, colorantes y muchas veces lo hacen con la finalidad de maquillar ciertas composiciones o netamente para hacer un producto marquetero; encubriendo la mala calidad de la carne lo que a su vez llega a provocar afecciones en la salud del consumidor.

Esto hace que el mercado sea competitivo, se dispare en el crecimiento y a la vez el país requiera que las plantas productoras se comprometan a manejar buenas prácticas de manufactura (BPM) con la finalidad de que utilicen materia prima de calidad y que sus procesos tengan los más altos estándares.

No obstante, existen emprendimientos que se han percatado de esta falencia y han decidido dedicar su vida a trabajar estos productos de una manera sana y beneficiosa para el consumidor en general.

La “Romana” tiene muy claro todo lo que viene pasando dentro de las industrias y es por esto que este emprendimiento desde años atrás viene realizando embutidos artesanales debido a las nuevas necesidades de la gente que está observado si los productos que consumen están elaborados con materia prima seleccionada, cumplen con parámetros máximos de calidad y respetan en la medida de lo posible la decisión de consumir buenos productos, lo que asocia a producirlos de una forma más interesante, obteniendo un producto que sí tiene un costo más elevado pero que proviene de ingredientes y técnicas que lo hacen saludable.

Hay que tener en cuenta que el escenario ha cambiado mucho de lo que era hace 12 años y esto se debe a la migración que se ha dado en la última década, llevándoles a suplir la demanda creciente de un mercado cada vez es más educado, globalizado y con ganas de probar cosas nuevas.

El embutido artesanal debe ser realizado siguiendo un tema de autor, lo que conlleva a plantear nuevas propuestas con el diseño de recetas, para esto la Romana maneja carne de res de primera y carne de cerdo de la raza berkshire debido al contenido alto en grasa y por su marmoleado.

Dentro de la variedad de productos que ofertan, manejan 3 líneas principales:

  • Salchichas y Chorizos: morcillas, chorizo de cordero, chorizos ahumados y variedad de salchichas.
  • Fiambres: pastrami de res, jamón de cerdo, pastrami de pollo, tocino, mortadela.
  • Curados: chorizo español, 2 tipos de salami, coppa, bresaola.

Estos productos se ya se ofertan en el mercado ecuatoriano debido al cambio de culturas, lo cual les ha permitido crear nuevas propuestas ayudando a que este emprendimiento se posicione en el mercado, satisfaciendo las necesidades de su clientes potenciales y sobre todo restaurantes que están buscando hoy por hoy mejores productos.

Tomando como un valor agregado, los embutidos artesanales se diferencian por no contener saborizantes artificiales, colorantes (debido a que su color va a depender de las especias y la materia prima utilizadas), nada de aditivos más que los justos y necesarios como el “nitrito”,  que se utiliza en medidas proporcionales ayudando así a su conservación y eliminación ciertas bacterias que no son aptas para el consumo humano, garantizando así la seguridad del cliente.

Dentro de sus componentes objetivos están evitar afecciones a la salud y sobre todo prescinden de utilizar gluten, a diferencia de los embutidos industriales en el que el 95% de las industrias llegan a complementar los mismos con harinas para abaratar costos y producir en masa.

Al conocer esta información, podemos evaluar nuestros hábitos alimentarios e intentar llevar a cabo una dieta más sana y equilibrada. Tomando en cuenta que ahora que ya se tiene conocimiento sobre un embutido industrial y uno artesanal podemos tomar una decisión que nos ayude a optar por una opción más natural y menos procesada, evitando así que las industrias sigan manipulando a sus clientes por la falta de conocimiento específico para diferenciar entre ambos productos y muchas veces se dejan llevar por lo que miran en un empaque.

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