El pescao cao cao es la excepción a la regla que propone Joaquín Sabina de, “Al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver”, acá vuelve, sé feliz y vuelve.
Hemos pasado de ser un país productor de materias primas a un país que poco a poco va ofreciendo también productos terminados de lo que ofrecemos al mundo. Las interrogantes que continúan este cambio son; ¿A qué costo? ¿Con qué finalidad? ¿Cuáles son los objetivos?
El posicionamiento que Ecuador va teniendo a nivel mundial donde busca ser reconocido no solo como productor de materia prima sino del mejor chocolate con cacao fino de aroma abre las expectativas a nuevos emprendedores y viejos conocedores del potencial producto que tenemos. El pescao cao cao por ejemplo, nace con la idea de satisfacer una necesidad, “llevar chocolate a la taza hasta los hogares ecuatorianos donde habitualmente la tarde es para una tacita de café”. Crean con esta iniciativa uno de sus primeros productos, el chocolate a la taza alcalino. Este chocolate es reconocido como un protector del sistema inmunológico, generador de calcio y hierro.

Carolina Cantor y Paúl Bohórquez crean esta marca con un lema que lo han manejado desde una visión humana y cálida, “Vamos a jugar más, vamos a jugar siempre”, palabras que más allá de formar parte en su identidad como marca establecen la fuerza que le otorgan al lado humano dentro de su negocio con los clientes internos y externos. Recordar nuestra niñez comiendo chocolate puede sonar mucho más fácil de lo que parece.
El cerebro se acostumbra tanto al consumo de ciertos sabores en diversos casos que lo que antes nos recordaba a una acción del pasado se va convirtiendo en parte de nuestra memoria recurrente y pierde el efecto con el tiempo, pero esta pareja de emprendedores tiene claro que al cerebro y al corazón siempre le fascinará un buen producto, un buen chocolate.
Es así como definen una línea de productos no solo comestibles sino también actividades que enseñan a niños el valor y la trazabilidad del cacao desde su Showroom ubicado en el edificio World Trade Center en la avenida 12 de octubre en Quito, junto a productos cosméticos derivados del cacao también enfocados en la belleza de la mujer y el cuidado personal.

Detalles románticos o para los gustos culposos como tacones y rosas de chocolate, una bombonería atrevida y muy bien manejada son solo una muestra del trabajo que han venido desarrollando a tal punto de convertirse también en la primera chocolatería en trabajar también con un “vino” y una cerveza a partir de los sabores del cacao.
Para todo este equipo y familia de trabajo cada detalle cuenta, el saber que cada bombón tiene una parte de quien los elabora, como menciona Carolina, les empuja a mantener los objetivos de la marca de una manera clara y con un fin más allá del comercial. Dentro de su equipo de trabajo este negocio cuenta con un espacio de apoyo para mujeres en estado de vulnerabilidad que fabrican artesanías para ser expuestas y vendidas dentro de su tienda y en las ferias a las que asisten como marca. El objetivo, darles más oportunidad a personas que padecían situaciones que no les permitían desarrollarse y así puedan mostrar sus capacidades.
La elaboración de estos aretes y cajas de regalo para los mismos productos del Pescao Cao Cao son una muestra del trabajo que este grupo de personas realiza.

Blondie (Nombre de su cerveza de cacao) es un honor a la mujer comenta Paúl quien es un maestro cervecero ecuatoriano que cuenta con su marca propia bien posicionada en la capital ya hace varios años, Sinners.

Dentro de este homenaje puedo resaltar que sin duda alguna es una de las cervezas artesanales más equilibradas que he tenido la oportunidad de probar, es claro que el manejo de este experto cervecero va creciendo con el tiempo en el que también, por su trabajo diario, va implementando con las ideas adquiridas que representan manejar el cacao.
Y es así como una idea que representaba el juego de nuños, la colaboración mutua y el apoyo constante entre individuos se ve representada en una marca que mantiene no solo una idea comercial sino humana y de respeto hacia todo el entorno, puesto que su cacao lo trabajan con un grupo también de mujeres cacaoteras de la costa ecuatoriana a quienes ellos mismo se encargan de capacitar y satisfacer las necesidades que mantienen para que puedan continuar con su bello oficio.

Pueden visitarlos en El Pescao Cao Cao, solicitar sus productos en el contacto 0984982621 y apoyar estas ideas que llevan más allá nuestra esencia y lo que representamos como país.
Pd. Se hubieran imaginado un chocolate relleno con ganache de tomate riñón? Yo tampoco y ellos lo tienen! El umami más directo que he tenido en los últimos años.