El alimento más famoso, delicioso y versátil del mundo.
La historia del pan es tan interesante y antigua como la del ser humano, según investigaciones, el primer pan fue un accidente, se cree que una panadera elaboró una masa y olvidó hornearla, entones al siguiente día se encontró con una masa crecida que además estaba fermentada, la misma que al ser horneada se volvió suave y esponjosa.
Pero en Ecuador la historia del pan es diferente, se sabe que en la época prehispánica los asentamientos de los Quitus siempre se desarrollaban alrededor de grandes sembríos de maíz, tras varias excavaciones se han encontrado herramientas como ralladores, tiestos comales y vasijas donde se preparaban tortillas de maíz, el primer pan ecuatoriano.
Con la posterior conquista de los Incas a los Quitus y la implementación del “Camino Inca” la alimentación de los Chiasquis debía ser altamente calórica, se sabe para soportar los largos viajes masticaban hojas de coca, y comían tortas de maíz con una bebida elaborada de cacao y maíz, pero según los primeros sacerdotes franciscanos que documentaron la vida Inca había diferentes tipos de tortas, por ejemplo la tanta, una torta hecha de mote que se tostaba en tiesto, las humitas y tamales hechos a partir de maíz, también se elaboraban bollos de yuca y arepas de quinoa.

En diciembre de 1534, llegaron a Quito los sacerdotes franciscanos Jodoco Rique y Pedro Gocial, en sus diarios hay registro que, entre sus pertenencias, en un cantarillo de cerámica se trajeron las primeras semillas de trigo que fueron sembradas en lo que actualmente se conoce como plaza San Francisco. Según el historiador Pablo Herrera dicho cantarillo fue obsequiado por sus padres al presidente Juan José Flores quien a su vez lo regaló a un ministro de los Estados Unidos, donde se perdió su rastro.

Tras la elaboración de panes realizada por los sacerdotes y enseñar el proceso a los indígenas, el consumo del pan se generalizó de tal manera que el cabildo impone precios, pesos y porcentajes de utilidad para el consumo de trigo y la elaboración de pan e incluso se prohíbe la venta del mencionado cereal a no panaderos.
Con el tiempo el pan ha cambiado, cada provincia del país tiene sus panes preferidos y elaborados según las costumbres como el pan de Ambato, el de agua, el pan llorón, los cachitos, las muy cotizadas guaguas de pan para celebrar el día de los difuntos, realmente no me alcanzaría toda la columna para nombrar todos los tipos de pan y elegir cual es mi favorito.

Según mi investigación, el pan es el alimento más consumido del país sin importar el aumento de su precio, pero no solo es por su sabor, textura y aroma, el pan como la mayoría de los alimentos nos recuerdan algo, por ejemplo en mi caso, recuerdo claramente cuando mi abuela Mercedes preparaba una cantidad enorme de pan los domingos cuando la visitábamos, solía preparar empanadas con queso y cebolla, trenzas y pan de dulce, el aroma a pan inundaba la casa y recuerdo que me enseñaba a hacer las formas de la masa, para luego hornearla y comerlo con leche bien caliente.
Así mismo, para los migrantes del año 99, el pan es un legado cultural y emocional que les recuerda a su país, por ejemplo en España Franklin Guyata, nacido en Santo Domingo, aprendió su oficio desde niño, después de viajar y trabajar en diferentes panaderías de Madrid decide poner su propio negocio que ahora se ha convertido en un ícono de la ciudad llamado el “Mercado de la nostalgia”. Gracias al alto número de inmigrantes ecuatorianos su negocio poco a poco empezó a crecer al igual que las filas para comprar sus productos, actualmente Franklin solamente supervisa el despacho del pan a las diferentes panaderías que están distribuidas en el país vasco.
Y así es como el pan que definitivamente no puede faltar en la mesa de ningún ecuatoriano, se ha convertido en un símbolo de cultura, tradiciones y recuerdos.
