“Isabella, una mujer que ha revolucionado el ceviche como lo conocemos”
Pez Bela, una cevichería de estilo único, innovador, colorido y sobre todo con una impresionante carta que te dejará con ganas de probar cada opción. Fundada por Isabella Chiriboga una joven quiteña de 32 años que en su niñez se enamoró de la cocina mientras veía a su abuela cocinar y ese primer amor le llevo más adelante a viajar al Perú donde adquirió una cantidad impresionante de conocimientos y experiencias que solamente afirmaron esa pasión por la cocina.
Pez Bela nace hace 11 años en la mente de Isabella, guiada por su amor al mar, sus aromas, sabores intensos y sus tintes ácidos, comienza a moverse en diferentes restaurantes intentado aprender sobre la organización, administración y todo lo relevante de un establecimiento. Su sueño siempre fue abrir una “hueca bien puesta” en un espacio acogedor con una propuesta gastronómica diferente, enfocada en el producto, los colores y la playa.

Con muchos nervios decide arrancar con su idea en plena pandemia, arriesgándose a distribuir sus productos por delivery, aún habiendo la posibilidad de no tener éxito. En cuestión de una semana cambia sus procesos para empezar en el día de la madre y por su puesto hasta el día de hoy su esfuerzo ha sido recompensado con clientes fieles, amantes de su cocina y sus técnicas, lo que hizo posible que en octubre del año pasado finalmente pueda abrir las puertas de su pequeña “hueca”

Un espacio pequeño, pero realmente acogedor y armónico, lleno de colores vivos en un ambiente de estilo industrial, Isabella me pregunta si alguna vez he buceado cuando indago sobre las plantas colgantes de su techo, me cuenta que simulan algas y que todo el espacio está diseñado para que parezca estar en un arrecife, el primer detalle que llama mi atención es como coloca su carta virtual en pequeñas figuras de coral blanco y las almohadas dispuestas en los sillones son de colores eléctricos rojos, lilas y azules, a pesar de que no he buceado, si me sentí bajo el mar, rodeada de una energía que irradia vida.

Tuve la oportunidad de probar dos platos maravillosos, para empezar con un tiradito de pescado en leche de aguacate con caviar de mora y almendras tostadas, visualmente era una obra de arte, las flores y los colores eran ideales, no quería desarmar el plato, porque además pude ver cómo el equipo de Isabella lo armó, vi la dedicación y el amor al detalle que me impresionaron desde el comienzo, pero tenía que probar y no me arrepentí, el róbalo estaba tierno y jugoso, contrastaba perfectamente con el ácido del limón pero el aguacate le dio una textura cremosa y delicada que resaltó el picante del jalapeño que no fue invasivo simplemente le dio frescura al pescado y el dulce ligero de la mora con el crocante de las almendras fueron un conjunto de sabores que sorprendieron mi paladar.

Luego me pasaron un arroz con mariscos, siendo muy honesta, soy muy quiteña y los mariscos no son mi fuerte, pero este arroz me dejó sin palabras, el curry combinó impecable con el fondo de langosta, el pulpo, y el camarón estuvieron a término, muy suaves y jugosos, mezclados los vegetales clásicos de un arroz con mariscos pero con un sabor completamente diferente donde resaltaron los sabores del marisco con un ligero tinte hindú, ambos platos fueron equilibrados y sorprenden el paladar, puedo decir que Isabella tenía razón, ha revolucionado la idea de los ceviches clásicos con esta increíble mezcla de técnicas y sabores que han elevado la cocina clásica ecuatoriana al siguiente nivel. Y como mencioné al comienzo de esta columna no puedo esperar volver a Pez Bela para probar cada plato del menú, sé que me asombrará como la primera vez.
